domingo, 20 de mayo de 2012

Retro Scallies - Peter Hooton

Todo el mundo sabe lo que la palabra “retro” significa en pleno siglo 21, sin embargo en el oscuro y distante pasado, para ser más exacto, a mediados de 1980, “retro” no era la ambigua palabra que hoy utilizamos para describir todo, desde sanitarios hasta pantalones de mezclilla, de muebles a ropa, de teléfonos a replicas de los uniformes de fútbol. Este era el mundo antes de que los tenis retro se convirtieran en un gran negocio y antes de que Adidas y Puma hicieran la gran mercadotecnia del concepto a muerte. Esta raza distinta, el “retro scal” comenzó a existir alrededor de 1982 y 1983 y fue algo completamente inesperado.

Los “fashionistas” (gurús de la moda) comenzar a escribir sobre aficionados al futbol vistiendo ropa de diseñador y la revista “The Face” publicó su famoso artículo “Casuals” en 1983, así que de muchas maneras, el “retro scal” fue una reacción a la popularidad de una cultura de las calles que había pasado inadvertida a revistas y comentaristas desde 1978 hasta 1983.


 Los terroristas de la moda de Liverpool siempre han tenido una opinión elitista sobre las cosas, pero sería demasiado simplista mencionar que fue una reacción a la nueva fama creada del “aficionado al fútbol en ropa de diseñador”. Para realmente entender este fenómeno es importante observar a la ciudad de Liverpool como el centro principal de importación y exportación, un lugar donde la “cultura de las drogas” y la música asociada a ella, tuvo una base firme a finales de los 70s y principios de 80s.



 5 años habían pasado desde que los jóvenes de Liverpool habían adoptado como su estético los pantalones de mezclilla rectos, los rompe vientos y los tenis deportivos en la caída del post punk de los años 77 y 78, con las fiestas punk y reggae con la banda The Clash. Liverpool tenía una mezcla de fútbol y música, lo cual no era un mito. Esto era una realidad con clubs como el Checkmate, The Harrington, The Swinging Apple y Kirklands, que eran quienes proveían dicho soundtrack.



The Clash y Steel Pulse, Iggy Pop, Dillinger y Joy Division. La canción “Warm Leatherette” de The Normals tocada luego de “Heroes” de David Bowie y “Sweet Jean Vincent” de Ian Durys. Los cortes de cabello estilo “Wedge”, los sweaters tejidos, sandalias de plástico, abrigos tipo “duffel” y polos Fred Perry. Manchester tenía una sala de David Bowie y Roxy Music en el club “Pips” con chicos en Fred Perry polos también, sin embargo Liverpool era algo distinto… algo similar, pero diferente. Algo sucedía en los callejones de Liverpool y esto tenía más un toque de Nueva York que cualquier cosa que estuviera sucediendo en Manchester o en Londres.


Mucha gente que gustaba de la música alternativa, el punk, el reggae y cosas así, acudían al famoso “Erics” en la calle Mathew que a la par atraía a la mayoría de las bandas “new wave” que se encontaran de tour, pero este tenía un aire más de “escuela de arte” y “bohemio” que lugares como “The Swinging Apple” y el “Checkmate”. Cuando no había algún concierto, solo algunos cuantos irían al “Erics”. El “Checkmate” y el “Apple” de modo contrario, estarían a reventar cada viernes y sábado gracias a las hordas de fanáticos del fútbol y amantes de la música, que se rodearían con la gente más “in” de la ciudad. A finales de los 70s y principios de los 80s, las pandillas de Liverpool y Everton eran confundías con pandillas de “soul boys” muy seguido por los Londinenses, que asociaban el corte de cabello tipo “wedge” y la ropa casual con el tipo de gente que frecuentaba los clubes “soul” en Londres, cuando en realidad estos chicos serían los mismos que bailarían al sonido de The Skids y Joy Division. La música house de finales de los 80s no podría realmente proclamarse como el catalizador del “hombre blanco bailando”. Quizás eso sería verdad para una población más amplia pero 10 años antes yo ya había visto chicos bailando (solos o con amigos) con canciones como “Ku Klux Klan” de Steel Pulse y “Cokane” de Dillinger! Al otro lado del club la música de las listas de popularidad era lo único que podrías escuchar, y en muchas ocasiones la gente de ahí vendría a la sección “alternativa” para observar a los locos que se encontraban bailando ahí. Algunas desafortunadas almas considerarían estos bailes como actividad gay, sin pasárseles por la cabeza que esta gente bailando serían nada más y nada menos que los mismos chicos violentos del fútbol, lo que generó numerosas peleas dentro del club y que este fuera seccionado de tal manera que se previnieran hechos similares en el “Checkmate”.

A principios de los 80s, 1982 y 1983 para ser precisos, cuando comenzar a aparecer artículos en los periódicos sobre estos fanáticos del fútbol bien “vestidos” hasta entonces ignorados por los medios de comunicación masivos. Los periódicos de Londres bautizaron a esta gente bajo el nombre de “Casuals” y poco tiempo después cada periódico estaría en busca de estos terroristas en el Reino Unido vestidos en ropa de diseñador deportiva y que estaban causando estragos a lo largo y ancho del país en pandillas organizadas. Fue en este punto cuando los chicos de Liverpool (Liverpudlians) decidieron que ya era suficiente y así nació el retro scal.

Básicamente el look “retro scal” fue una reacción a la costosa ropa deportiva y este se caracterizó por el “look de viejo”. Los empleados de Dunne & Co. (una tienda tradicional para caballeros en Liverpool) estaban sorprendidos al ver a jóvenes “scallies” solicitando chaquetas tipo “Harris Tweed” de la variedad de colores verde. El look más clásico llevaría una chaqueta “Harris Tweed” o bien un abrigo “Barbour” (antes de que Sloane Rangers popularizara el look de abrigos Barbour adoptados por los Ultras italianos), un sweater en cuello redondo de lana de la marca Marks & Spencer con una camisa por dentro de botones, pantalón de mezclilla ligeramente deslavado y zapatos Clarks, o bien zapatos de pana, de tipo brogue o bien tenis Adidas Stan Smith. Los cardigans (sweaters de botones con cuello V) podrían ser una alternativa a los de cuello redondo, y las chaquetas de pana también eran utilizadas por estos chicos locos por la moda descubriendo “el look del campesino siciliano” años antes que Armani. Adicional a esta reciente admiración por el guardarropa de sus padres e incluso de sus abuelos, estos chicos también comenzaron a mirar hacia las colecciones musicales de las generaciones pasadas.
Por aquel entonces, había grafiti en todas partes y “Pink Floyd” y especialmente el poster del álbum “The Wall” adornaba muchísimas de las paredes de la ciudad gracias a que los jóvenes fumadores de mariguana pagaban tributo a sus nuevos héroes. Esto no se detuvo con “Pink Floyd”. Pronto cualquier otro grupo con el que pudieras “elevarte” sería proclamado como “mejor”. Simon & Garfunkal. Supertramp, Bob Dylan, Neil Young, Roy Harper y Marillion por nombrar solo a unos cuantos.


Para el año de 1983 la heroína se había establecido en el corazón de la ciudad entre los de clase trabajadora y lo inevitable de la colisión entre la música y la cultura de la drogas era demasiado aparente. El “retro scal” básicamente se vistió más relajado y el cabello tendió a dejarse crecer un poco más largo de lo normal (un tanto como John Power - The La’s / Cast) y pandillas criminals confundieron el look puesto que había grupos de raterillos que adopar el look “campesino de Barbour” para confundirse en tiendas como Ascot y Cheltenham para llenar los grandes bolsillos de sus abrigos. La ciudad de Liverpool que hasta 1983 no pasaba de ser el cielo para los fumadores de hierba fue sorprendida por la heroína. Incluso aparecieron pintadas con grafiti en las que se leía “¿A dónde se ha ido toda la hierba?” dado que había poca en circulación. Por otra parte, la heroína estaba abiertamente disponible por vez primera. Es importante mencionar que en esos días nadie había oído escuchar del “smack” y solo poca gente sabía lo que era. Era parte de mi responsabilidad el saberlo debido a mi trabajo - en ese tiempo yo era un trabajador social que trabajaba con jóvenes y con sus problemas de adicciones. Recuerdo una chica muy atractiva, una cantinera de hecho, que se tomaba media hora de descanso a mitad de trabajo en el conocido pub del área de Dovecot / Huyton en Liverpool “persiguiendo al dragón” en uno de los espacios del pub. Yo le pregunté qué es lo que hacía, y ella respondió únicamente “solo es smack”. ¿te refieres a heroína? Le pregunté y ella respondió “nah, es algo llamado smack, per no te haces adicto, la tomas o la dejas, no te la inyectas como la heroína”. Oh la inocencia de la juventud. Vi a esa misma chica varios años después, y su look inicial parecido al de una modelo se habían esfumado gracias a la droga que ella creía tener bajo control. Que los distribuidores hubieran causado la baja disponibilidad de la hierba y promovido el “smack” como no adictiva es una pregunta abierta a discusión pero solo pasaron 18 meses después de que el peor desorden civil que este país ha vivido para que la heroína inundara las ciudades. “Whiskey para los indios” fue la primera cosa que se me vino a la mente.
El período 83 - 86 podría decirse que fue el de mayor apogeo del “retro scal” apoyado con la cultura de las drogas y la música que la acompañaba. El look estaba en constante cambio, de pantalones de mezclilla a pantalones de pana jumbo, de chaquetas tweed a chaquetas de pana, pero eso sí, el común denominador fue que estas no fueran de marca y que no fueran deportivas. Piensa en el estereotipo de maestro de geografía con gustos por todo aquello del rock progresivo y te harás la idea. Incluso hubo bandas que empezaron a emerger de la necesidad de los jóvenes de Liverpool hambrientos de lo que los periodistas del momento llamaron “música para hippies”. Bandas como “Groundpig” se hizo famoso en la ciudad tocando versions de Bob Dylan, Neil Young, Lindisfarne, Simon and Garfunkal, Cat Stevens y Peter Gabriel. Groundpig tocó para una sala con capacidad para 1000 personadas casa viernes y sábado a lo largo de 2 años con la sala a reventar, en muchas ocasiones con largas filas en los alrededores de la entrada y cientos de personas quedaban fuera. Las chicas vestían de forma “glamorosa” mientras que los chicos parecían como que acababan de regresar del festival de Glastonbury. Esto fue un fenómeno real y sin documentación alguna aparte de aquel sencillo artículo en la revista “The Face” titulado “Dark side of the Mersey” (el lado oscuro del Mersey, en apología al “Dark side of the moon” de los míticos Pink Floyd) a cargo de John Mc Cready. James Brown que por entonces trabajaba para la revista musical NME y que luego comenzó su propia revista “Loaded” observó las escenas del concierto de Groundpig y sus ojos no podían creerlo. Todo el alboroto tuvo un gran efecto en su persona, pero les dijo a los NME que no podía hacer la reseña de eso, puesto que nadie lo entendería y mucho menos, lo creería.


John Peel que estaba haciendo de Dj en ese mismo evento, lo describió como “absolutamente extraordinario”. Luego de 1986 todo parecía ir hacia el montañismo con la llegada de las botas y zapatos Timberland, de la cual solo había una tienda en Liverpool y algunas más en Londres en aquella época. Un artículo publicó que Londres era responsable del 30% de las ventas de Timberland y que el resto se lo debían a Liverpool, el periodista no podía entenderlo y solo lo explicaba debido a la proximidad con “Snowdonia” y el “Lake District”… yo me reí bastante de eso! Justo de la misma manera que las tiendas tradicionales de caballeros habían quedado sorprendidas con las hordas de chicos “retro” ahora muy de repente había tiendas especializadas de montañismo por todo el centro de Liverpool pero esa es otra historia!


 

TEXTO TRADUCIDO POR ''LA FABRICA DE FÚTBOL''

FACILITADO POR EL USUARIO ''HOTLOOK(COLOMBIA)''



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